Escultura y estatuaria Bellas artes
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Violeta Hernandez 30 Percepciones de un Tigre 23 Escultura en Oro de Violeta Hernandez
30 Percepciones de un Tigre - 23 Figuras de cerámica de alta temperatura originales, hechas y pintadas a mano en oro blanco con lustre de oro blanco. Obra de arte escultórica de la artista callejera de graffiti y artista pop moderna Violeta Hernández. Escultura original de cerámica, 2022. Medidas: 5,7 x 5,7 pulgadas. Firmada. Tipo: Figura de cerámica de alta temperatura, hecha y pintada a mano, con lustre de oro blanco. Tamaño: 5,7 x 5,7 x 3,7 pulgadas (14,5 x 14,5 x 9,5 cm). Lanzamiento: 17 de enero de 2022. 30 Percepciones de un Tigre – 23 Esculturas de Cerámica Dorada de Violeta Hernández en Arte Pop Urbano y Grafiti 30 Percepciones de un Tigre – 23 Oro es una escultura original de cerámica creada por la artista mexicana contemporánea Violeta Hernández. Lanzada el 17 de enero de 2022, esta obra constituye una singular exploración de la forma y la emoción a través de la cerámica, elaborada y pintada a mano. La pieza mide 14,5 x 14,5 x 9,5 cm (5,7 x 5,7 x 3,7 pulgadas) y está cocida a alta temperatura para garantizar su durabilidad. Su acabado incluye un lustre de oro blanco, un detalle lujoso que realza su superficie con destellos brillantes. La figura de Hernández encarna un felino feroz y expresivo; su lomo arqueado y sus dientes al descubierto capturan un estado emocional crudo, entre la defensa y el desafío. Esta figura es a la vez animal e ícono, canalizando una fusión entre lo sagrado y la actitud urbana, marcando su lugar en el lenguaje visual del Arte Pop Urbano y el Grafiti. La práctica cerámica y el simbolismo emocional de Violeta Hernández Conocida por su trabajo en ilustración, serigrafía y escultura, Violeta Hernández imprime a sus formas cerámicas la misma intensidad deliberada que a sus grabados. «30 Percepciones de un Tigre – 23 Oro» demuestra su habilidad para transmitir tensión y vulnerabilidad en un objeto compacto y táctil. Cada figura de tigre de la serie está esculpida y pintada a mano, lo que garantiza que no haya dos iguales. El rostro de la escultura es particularmente impactante, con una expresión estilizada de gruñido que refleja la ferocidad interna que los humanos albergan pero rara vez expresan. La superficie de la figura está cubierta de texturas pintadas a mano que evocan marcas animales, a la vez que sugieren pinceladas, arañazos y desgaste urbano, simbolizando la supervivencia y la tenacidad inherentes a la identidad moderna. El lustre del oro blanco añade profundidad y contraste visual a los tonos apagados de gris y negro, infundiendo a la pieza un destello de fuerza divina. La cerámica como forma de rebelión en el arte pop callejero y el grafiti Esta escultura no es meramente decorativa; es una reinterpretación radical de la forma cerámica dentro del contexto del arte pop urbano y el grafiti. Tradicionalmente considerada una técnica artesanal, la cerámica, en manos de Hernández, se convierte en una plataforma para la protesta y la transformación. La pequeña pero potente escultura desafía las expectativas tanto de la cerámica como del arte urbano, ocupando un espacio liminal entre la galería y la calle. Su tamaño invita a la contemplación, pero su postura y expresión irradian una presencia imponente. Al incorporar lustre de oro blanco —un material asociado con la opulencia y las reliquias espirituales— Hernández eleva la obra más allá de su modesto tamaño, permitiéndole erigirse como artefacto y mensaje a la vez. La textura de la arcilla, la intensidad de la forma y el acabado del lustre contribuyen a su presencia como una reliquia urbana contemporánea. 30 Percepciones sobre un tigre – 23 El oro como declaración cultural Con esta obra, Violeta Hernández expande los límites del arte pop urbano y el grafiti. Si bien el grafiti ha ocupado históricamente los muros y la serigrafía ha florecido en los carteles, esta escultura traslada el debate a lo escultórico y ritualístico. Sugiere que los estados emocionales, los instintos animales y la política de identidad pueden preservarse en la forma, no solo en la imagen. El tigre gruñendo se convierte en un avatar de resiliencia y confrontación, compacto pero resuelto. Firmada por la artista y lanzada en una edición original limitada, «30 Percepciones de un Tigre – 23 Oro» refleja el compromiso de Hernández con la integración de la emoción, la mitología y el proceso artístico en poderosos símbolos de la vida contemporánea. La pieza se erige no solo como un objeto de colección, sino como una declaración escultórica de ferocidad, supervivencia y rebeldía creativa.
$631.00