Descripción
Escultura de cuarzo selenita Porsche 911 Turbo 930 erosionada de Daniel Arsham. Edición limitada. Obra de arte pop. Artista callejero. Bellas artes.
Escultura de cuarzo selenita firmada, edición limitada de 500 ejemplares, 2020. Dimensiones: 3,58 x 5,35 x 12,21 cm. Representa un Porsche 911 Turbo 930 blanco con incrustaciones estilizadas de cuarzo erosionado. En perfecto estado. Se entrega con caja.
Escultura de cuarzo selenita de un Porsche 911 Turbo 930 erosionado, obra de Daniel Arsham
La escultura «Porsche 911 Turbo 930 Erosionado en Cuarzo Selenita», de Daniel Arsham, lanzada en 2020, es una pieza de colección de precisión que fusiona el diseño industrial, las bellas artes y la estética del deterioro con el paso del tiempo. Esta obra escultórica de edición limitada es una exploración tridimensional de la fascinación de Arsham por la arqueología ficticia y las reliquias del futuro. Producida en una edición de 500 ejemplares, cada pieza mide 9,1 x 13,6 x 31 cm y está fundida en cuarzo selenita. La escultura reinterpreta el icónico Porsche 911 Turbo 930 como si hubiera sido descubierto tras décadas de erosión natural, combinando la ingeniería mecánica con formaciones minerales orgánicas en una forma híbrida impresionante y contemplativa.
Una fusión de diseño y arte conceptual
La serie de vehículos erosionados de Daniel Arsham se ha convertido en un sello distintivo de su obra, simbolizando la intersección entre el logro humano y el paso del tiempo. El Porsche 911 Turbo, símbolo atemporal de precisión y rendimiento, se transforma en un vehículo para el lenguaje visual especulativo de Arsham. Esta escultura captura un momento de transformación: la carrocería prístina del vehículo se fractura y queda parcialmente cubierta por estilizados depósitos cristalinos. Realizada en cuarzo selenita, la forma del vehículo se conserva y se erosiona simultáneamente, sugiriendo temas como la memoria, la pérdida y la permanencia. El acabado blanco mate del cuarzo contrasta bellamente con los crecimientos cristalinos incrustados, que parecen romper la superficie del vehículo desde dentro. Estas erosiones imitan procesos geológicos naturales, pero están estilizadas para ajustarse al enfoque característico de Arsham sobre la decadencia y la ruina. El efecto es a la vez futurista y antiguo, posicionando la escultura como una reliquia de un mundo donde la cultura humana y la naturaleza se entrelazan en un diálogo constante.
Integridad de la edición y valor para coleccionistas
Cada escultura de la edición limitada de 500 ejemplares está firmada individualmente por Daniel Arsham y se presenta en un estuche con el logotipo del estudio del artista. El estuche, diseñado con tipografía reflectante y un audaz tratamiento gráfico, se convierte en una extensión de la obra, reforzando así el marco conceptual. Acompañada de un certificado de autenticidad, esta pieza forma parte de la exploración de Arsham de objetos de diseño coleccionables que difuminan la línea entre arte y artefacto. Su tamaño, pequeño pero sustancial, le permite funcionar tanto como pieza individual como dentro de una colección de arte. Se integra a la perfección en interiores contemporáneos, colecciones de museos y galerías, a la vez que resulta atractiva para los aficionados al automovilismo y al diseño. La textura del cuarzo, combinada con la meticulosa elaboración, garantiza que cada obra sea ligeramente única en su acabado y detalles.
Arte pop callejero y graffiti a través de una lente escultórica
Daniel Arsham, residente en Estados Unidos, trabaja en la intersección de la escultura, la arquitectura y la iconografía pop. Si bien no es un grafitero en el sentido tradicional, su obra está profundamente influenciada por la estética y la energía del arte urbano, incluyendo sus colaboraciones con artistas callejeros y el uso de formas icónicas de la cultura popular. La escultura de cuarzo selenita «Porsche 911 Turbo 930 erosionado» representa esta filosofía: reimaginar un artefacto cultural como algo atemporal, transformado por la entropía y la imaginación. Como parte del continuo del arte pop callejero y el grafiti, invita al espectador a reconsiderar qué se conserva y qué se olvida con el paso del tiempo.