Descripción
Fragmento n.º 2 ¿Qué demonios? Pintura original de técnica mixta de Ryan Thomas Monahan. Obra de arte única sobre panel de madera fijado a un marco. Arte callejero 3D. Artista pop.
2022. Firmada. Pintura original de una escena de alcantarilla en una calle de Nueva York (NYC) con técnica mixta tridimensional apilada. Tamaño: 11,25 x 9,25 pulgadas. Enmarcada.
Fragmento n.º 2: «¿Qué demonios?» de Ryan Thomas Monahan – La memoria urbana como escultura en el arte pop callejero y el grafiti
Fragmento n.º 2: What The Hell es una obra original de técnica mixta de 2022 del artista estadounidense Ryan Thomas Monahan, creada sobre un panel de madera y presentada enmarcada en un formato de 28,6 x 23,5 cm. Esta pieza única captura una vista hiperrealista a nivel de calle de la ciudad de Nueva York, con una tapa de alcantarilla esculpida, restos de comida, letreros rotos y un envase de comida para llevar aplastado, todo ello representado con meticuloso detalle. Es un fragmento físico de una calle imaginada, un paisaje emocional congelado en el tiempo. Las texturas se superponen mediante técnicas escultóricas y de apilamiento 3D, formando un diorama táctil de una escena callejera olvidada. Firmada por el artista, la obra forma parte de la práctica artística de Monahan de construir microambientes que reflexionan sobre la cultura del consumo, la fugacidad y el lenguaje de la decadencia urbana.
Realismo en miniatura y escombros emocionales
La obra de Ryan Thomas Monahan se basa en el acto de recordar, a través de objetos, basura y superficies que la mayoría pasa por alto. En Fragmento n.° 2: What The Hell, Monahan construye una narrativa mediante la disposición, la imperfección y un realismo meticuloso. La tapa de alcantarilla parcialmente visible, grabada con MADE IN NYC, sitúa la obra en una geografía específica, a la vez que permite al espectador conectar con una escena callejera universal. Restos dispersos, como la caja de comida china para llevar y la etiqueta rota de PISO MOJADO, añaden humor y crudeza, evocando un espacio que se siente habitado, transitado y olvidado. Estos elementos no son meramente decorativos; funcionan como claves emocionales, anclando la pieza en la memoria y la identidad. El título de la obra refleja la confusión y el desorden que definen el espacio público, sugiriendo un momento de desconcierto o absurdo inherente a lo cotidiano.
Construcción, textura e intimidad dimensional
Esta obra es tridimensional. Construida sobre un panel de madera con materiales mixtos, incorpora texturas que imitan asfalto, metal, cartón y suciedad. Los elementos tridimensionales no son exagerados; sutiles, sugieren profundidad y, a la vez, mantienen la ilusión de una superficie plana al observarla desde lejos. Este efecto óptico es característico de la técnica de Monahan, que permite al espectador conectar física y mentalmente con la escala y la estructura de la pieza. Enmarcada en negro, la obra se exhibe con la formalidad propia de las bellas artes, pero conserva su esencia urbana en cada detalle. Los materiales se superponen, se combinan y se manipulan para difuminar la frontera entre escultura y pintura, entre memoria y documentación.
Ryan Thomas Monahan y la poética material de la ciudad
En el mundo del arte pop urbano y el grafiti, Ryan Thomas Monahan ocupa un lugar singular. Su obra no impone con colores ni escala, sino que susurra a través del detalle, la decadencia y la resonancia. Fragmento n.° 2: What The Hell no es un monumento, sino un recuerdo: un fragmento de la realidad olvidada que cobra protagonismo. Refleja los desechos culturales, la poesía de la basura y la persistencia del lugar. Monahan recuerda a los espectadores que la belleza reside en los fragmentos más pequeños y que las historias de la calle no se escriben solo en murales y firmas, sino también en las migajas, las manchas y los letreros que marcan cada esquina. Esta pieza no es solo una obra de arte, sino una escultura de la experiencia vivida, preservada a escala humana para quienes estén dispuestos a mirar hacia abajo y prestar atención.