Descripción
Lady Shiva Original, obra única en su género, dibujo con técnica mixta de pintura y marcadores sobre papel artístico artesanal con bordes irregulares, por la popular artista de graffiti callejero Lady Pink.
Ilustración original firmada y fechada en 2019, realizada con rotuladores sobre papel artesanal con textura irregular. Tamaño: 6 x 18 pulgadas.
Lady Shiva de Lady Pink: La mitología se encuentra con la resistencia en el arte pop callejero
Lady Shiva de Lady Pink, creada en 2019 con técnica mixta y rotulador sobre papel artístico artesanal con bordes irregulares, fusiona la mitología de influencia azteca con el simbolismo del grafiti y la resistencia social. Con unas dimensiones de 15 x 45 cm, esta obra única ejemplifica su compromiso constante con el empoderamiento femenino y la recuperación cultural a través del lenguaje del arte pop urbano y el grafiti. La figura central es una mujer vibrante, de aspecto divino, con seis brazos, adornada con calaveras, símbolos de la paz y llamativos rasgos faciales. Porta latas de aerosol y cadenas, una clara referencia a las herramientas y las luchas del movimiento del grafiti. La composición combina iconografía tradicional con una energía caricaturesca, canalizando tanto el arte mesoamericano como la rebeldía visual contemporánea. La figura central de la diosa alude a la deidad hindú Shiva, un poderoso símbolo de destrucción y transformación, pero aquí se la reinterpreta a través de la lente de la cultura urbana. Su expresión es feroz, desafiante y jubilosa. A su alrededor hay serpientes, pájaros y símbolos ornamentales dibujados en una paleta de rosas, morados y verdes saturados; una elección estética que refleja la historia de Lady Pink de desafiar las narrativas dominadas por los hombres en el graffiti apropiándose de su espacio con color y forma sin complejos.
Alegoría visual del poder, la cultura y la resistencia
La narrativa se desarrolla con marcados contrastes y un rico simbolismo. Por un lado, un grotesco policía con rostro de cerdo, esposado a la diosa, sostiene un aerosol como si se lo hubieran confiscado o lo hubieran malinterpretado. Por otro, figuras míticas —con collares de calaveras y serpientes— se alinean con la causa de la diosa. El diseño de los personajes es lúdico, pero el mensaje es contundente. Lady Pink utiliza el humor y la caricatura para exponer los ciclos de vigilancia, la aniquilación cultural y el control sistémico. Los grilletes y los puños cerrados transforman la obra en una alegoría del empoderamiento, donde el arte, la identidad y la herencia se convierten en instrumentos de resistencia. No se trata de una representación pasiva de la rebelión, sino activa, dinámica y festiva. La diosa empuña el grafiti como un arma de reinvención. Sus ojos, delineados con espesas pestañas, derraman lágrimas estilizadas que evocan tanto tristeza como poder. Su sonrisa, llena de dientes afilados, interpela directamente al espectador. Esta hibridez emocional —ferocidad combinada con alegría— es fundamental en el estilo de Lady Pink. Ella construye una mitología visual donde la memoria cultural y la rebeldía contemporánea se encuentran en la intersección del género, la historia y la pintura.
Iconografía del grafiti reinterpretada desde una perspectiva feminista
Lady Pink, nacida como Sandra Fabara en Ecuador y criada en Nueva York, ha sido una voz pionera en el grafiti desde la década de 1980. Su obra fusiona constantemente la energía de la calle con narrativas personales y políticas, especialmente desde una perspectiva feminista. Lady Shiva es un testimonio de su papel en la transformación del grafiti en un espacio de inclusión y crítica cultural. En lugar de adherirse a las convenciones hipermasculinas del tagging y el bombing, incorpora motivos ancestrales, ilustración de personajes y simbolismo para narrar comentarios sociales más profundos. En Lady Shiva, la combinación de papel artesanal, trazos gruesos de rotulador y temática mitológica se alinea con la naturaleza táctil y efímera del grafiti. Los bordes sin pulir, las texturas visibles del pincel y los rellenos brillantes del rotulador evocan la inmediatez de los muros de las calles y los cuadernos de bocetos. Esta fisicalidad conecta con las raíces del medio: accesible, sin filtros y profundamente personal. La obra rechaza el pulido en favor de la presencia, otorgando a la diosa una cualidad cruda y viva. A través de Lady Shiva, Lady Pink no solo crea una diosa, sino un arma narrativa. La obra se convierte en una declaración de proporciones murales en miniatura, uniendo poder espiritual, arte ancestral y la resistencia vivida de las mujeres artistas que reivindican su espacio en la esfera pública. Es un hechizo visual realizado con aerosol y rotulador, que evoca la transformación en el lenguaje del arte pop urbano y el grafiti.